En las cruentas guerras medievales los ingleses, siempre tan diligentes , solían amputar los dos dedos índice y medio a los guerreros enemigos que liberaban. La razón es clara, si te cortan esos dos dedos difícilmente puedes empuñar una espada o tirar con arco….
Así cuando ganaban le hacían además a los enemigos la V de victoria, para afirmarse en su triunfo y de paso recordarle a los pobres derrotados lo que les esperaba……
Churchill era un genio, pero el saludo lo copió de los soldados que iban y venían en moto por Londres devastado por las bombas. Como las comunicaciones por cable eran destruidas en cada bombardeo alemán los correos motorizados del ejército inglés se jugaban la vida llevando las órdenes en moto. Cada vez que se cruzaban se saludaban con la V para darse valor. Éste gesto lo popularizó Churchill poco después para dar moral a la nación.
Pero la recuperación definitiva, fue gracias a Barry Sheene, os contamos su historia:
Barry Sheene fue un gran piloto británico, ganador de numerosas carreras y de dos campeonatos del mundo en la categoría de 500 centímetros cúbicos. Fue campeón del Reino Unido en la categoría de 125 cc a los 20 años y al año siguiente quedó subcampeón del mundo en la misma categoría.
En 1976 ganó cinco Grandes Premios, lo cual le dio el campeonato del mundo en 500 centímetros cúbicos. Al año siguiente lo ganó de nuevo.
En su casco siempre figuró una caricatura del Pato Donald, y el número 7, éste número, fue el que siempre lució en el carenado de su moto.
En 1979, se fue del equipo oficial Suzuki, al creer que estaba recibiendo material menos puntero que sus compañeros de equipo. Pasó a ser un piloto privado de Yamaha, pero pronto empezó a recibir piezas oficiales.
En un entrenamiento en el Gran Premio de Inglaterra de 1982, en Silverstone, Sheene se salvó milagrosamente de perder la vida cuando se estrelló con una Yamaha a 160 kilómetros por hora.
Sin embargo aguantó dos años más, hasta 1984, sexto en el mundial, con 34 puntos, hasta que su dolorido cuerpo dijo basta y se retiró.
Sheene tenía un carácter abierto y carismático. Fue uno de los primeros pilotos de motos en obtener grandes beneficios de las carreras. Se trasladó a Australia a finales de los años 80, con la esperanza de mejorar de algunas de las secuelas de sus heridas.
En sus últimos años, Sheene participó en carreras de motos clásicas.
Murió de cáncer de estómago el 10 de marzo de 2003 a la edad de 52 años, dejando viuda (Stephanie) y dos hijos.
Pero este hombre dejó un legado que va más allá de los circuitos, cada vez que ganaba una carrera saludaba haciendo la famosa V a las cámaras, el mito del saludo motero nació así en Inglaterra y se fue extendiendo poco a poco, gracias a las carreras, por todo el mundo hasta convertirse en lo que hoy es. Un símbolo de amistad y cordialidad que se ha extendido sin respetar fronteras y que representa toda una filosofía de vida.